La deficiencia de potasio en suelos agrícolas es una amenaza no reconocida pero potencialmente significativa para la seguridad alimentaria mundial, según una nueva investigación.

Londres. – Casi una quinta parte de los suelos agrícolas tienen una grave deficiencia de potasio, un nutriente vital para el crecimiento de las plantas, la fotosíntesis y la respiración; la falta de este mineral puede reducir el rendimiento de los cultivos. Los agricultores suelen esparcir fertilizantes ricos en potasio en los campos, pero los problemas de suministro y las preocupaciones medioambientales impiden su uso.

En un nuevo estudio publicado en Nature Food, investigadores de la University College de Londres (UCL), la Universidad de Edimburgo y el Centro de Ecología e Hidrología del Reino Unido ofrecen seis recomendaciones para aliviar el problema.

Los investigadores encontraron que el 20% de los suelos agrícolas a nivel mundial enfrentan una grave deficiencia de potasio y que el sudeste asiático (44%), América Latina (39%), África subsahariana (30%) y Asia oriental (20%) probablemente experimenten una escasez más crítica debido a prácticas agrícolas más intensivas.

«El potasio es fundamental para mantener el rendimiento de los cultivos que mantienen alimentado al mundo, y su agotamiento plantea una amenaza significativa para la seguridad alimentaria de millones de personas en todo el mundo», explica el profesor Mark Maslin, del departamento de geografía de la UCL. «Ésta es una cuestión que se pasa por alto y que debe abordarse con una serie de medidas a medida que la población mundial sigue creciendo».

Los agricultores utilizan potasa como fertilizante para reponer el potasio de sus campos, pero su precio puede ser bastante volátil y la producción está muy concentrada, con sólo doce países dominando el mercado internacional de 15 mil millones de dólares estadounidenses. En 2021, el consumo mundial alcanzó los 45 millones de toneladas y se espera que la producción mundial alcance los 69 millones de toneladas en 2025.

En abril de 2022, el precio de la potasa aumentó un 500% con respecto al año anterior tras una “tormenta perfecta” de factores que incluían el aumento de la demanda, el aumento de los precios del combustible y la invasión de Ucrania, encontraron los investigadores. Los precios han caído alrededor de un 50% desde entonces, pero siguen siendo altos, lo que genera preocupaciones de que los agricultores no tendrán acceso a suministros suficientes para mantener el suministro de alimentos bajo el sistema actual.

«La volatilidad de los precios de la potasa tiene importantes implicaciones en todo el sistema alimentario mundial», afirma el Dr. Peter Alexander, de la Universidad de Edimburgo. «El acceso al potasio es vital para que los agricultores mantengan el rendimiento de sus cultivos, pero el reciente alto costo de la potasa hace que sea más difícil de obtener para los más vulnerables».

A diferencia de los sistemas que se están estableciendo para nutrientes vitales para los cultivos, como el nitrógeno y el fósforo, no existen políticas ni regulaciones nacionales o internacionales que rijan el manejo sostenible del potasio del suelo. Por lo tanto, los investigadores instan a una mejor gestión del potasio y a un vigoroso mecanismo de coordinación intergubernamental.

Impacto medioambiental

La minería de potasa tiene un impacto significativo en el medioambiente, generando millones de toneladas de desechos, concretamente sales de cloruro de sodio que pueden filtrarse y salinizar el suelo y las capas freáticas, dañando plantas y animales. Los investigadores recomiendan realizar más estudios sobre el impacto de la escorrentía en los ecosistemas locales.

«Hay muchas cosas que todavía no entendemos acerca de los efectos que el enriquecimiento artificial de potasio tiene en los ecosistemas cercanos», dice Will Brownlie, del Centro de Ecología e Hidrología del Reino Unido. “Al manejar sabiamente nutrientes como el nitrógeno, el fósforo y el potasio juntos, podemos obtener múltiples beneficios, prevenir la contaminación, aumentar el rendimiento de los cultivos y minimizar la pérdida de nutrientes. Se trata de coordinar nuestro enfoque para obtener mejores resultados agrícolas”.

Para evitar posibles caídas en el rendimiento de los cultivos, proteger a los agricultores de la volatilidad de los precios y abordar las preocupaciones ambientales, los investigadores recomiendan:

  • Establecer una evaluación global de las reservas y flujos actuales de potasio para identificar los países y regiones con mayor riesgo. 
  • Establecer capacidades nacionales para monitorear, predecir y responder a las fluctuaciones del precio del potasio. 
  • Ayudar a los agricultores a mantener niveles suficientes de potasio en el suelo con más investigaciones sobre las implicaciones para el rendimiento de la limitación de potasio en diversos cultivos y suelos. 
  • Evaluar los efectos ambientales de la minería de potasa y desarrollar prácticas de aplicación sostenibles. 
  • Desarrollar una economía circular global del potasio que minimice el uso y maximice la reutilización y el reciclaje del nutriente. 
  • Incrementar la cooperación intergubernamental a través de la ONU y otras agencias para desarrollar una coordinación de políticas globales similar a la que se ha desarrollado para el nitrógeno. 
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