La llegada de la COVID-19 ha alterado los planes de transformación del negocio de la agricultura, que ha experimentado variaciones en los precios de los productos y ha sufrido el impacto en el mercado laboral

Por Jesús Navarro Campos*

España. – El confinamiento derivado del estado de alarma trajo consigo un incremento coyuntural de la demanda de productos agrícolas, pero también una caída en los precios pagados a los agricultores y ganaderos y una subida de las importaciones, que presionan a la baja los precios de los productos nacionales. Todo ello en un contexto en el que las grandes cadenas de alimentación y los intermediarios han sido los beneficiarios de las subidas de los precios al consumidor, aumentando así sus márgenes comerciales.

A esto se ha sumado el peligro al potencial contagio de la mano de obra por el virus, que ha agravado en algunos casos -amenazando la cosecha de frutas y verduras del verano- la situación de escasez de mano de obra que estructuralmente viene sufriendo el sector.

Ante esta situación, la ventaja competitiva en términos de gestión para las empresas del sector residirá en ser capaz de anticipar cuánto de lo sucedido durante este periodo de crisis ha venido para quedarse y, por lo tanto, qué consecuencias puede tener en el futuro modelo de negocio de la agricultura. Este es el camino que podrían tomar tras la irrupción del virus.

Tendencia #1: Smart agro, eficiencia y cero contagio

En lo que respecta a la tendencia de digitalización en el campo, podemos llegar a pensar que la tecnología 4.0 puede ser una solución a los problemas de rentabilidad de las explotaciones agrarias al permitir reducir los costes de explotación, optimizar el uso de las materias primas, hacer frente a la escasez de mano de obra y, al mismo tiempo, reducir la exposición de los trabajadores al contagio.

Ahora bien, habrá que tener en cuenta que tanto la financiación necesaria para introducir estas nuevas inversiones como los recursos humanos capacitados para su manejo sean accesibles. Si esto es así, esta tendencia en los próximos años experimentará un notable crecimiento.

Tendencia #2: Sustainable agro, sostenibilidad a un precio justo

Las ganancias de eficiencia obtenidas por la digitalización permitirán al agricultor abordar otro importante reto: la sostenibilidad.

En este aspecto, el comportamiento del consumidor ha sido un tanto contradictorio durante la crisis. Por un lado, ha valorado mucho más los productos de proximidad y ha sido mucho más consciente de la necesidad de consumir reduciendo el impacto medioambiental. Pero por otro lado, ha sido muy sensible al precio: si más sostenibilidad ha supuesto, mayor precio, lo que a veces le ha llevado a opciones menos sostenibles. ¿Es este un planteamiento contradictorio?

En nuestra opinión, es un comportamiento lógico que encierra una gran oportunidad empresarial. No podemos dejar al consumidor la responsabilidad de resolver este problema. Si las empresas, capitalizan sus incrementos de eficiencia como consecuencia de la digitalización de sus explotaciones y compensan los incrementos de costes que puedan suponer introducir las medidas medioambientalmente responsables, pueden ganar cuota de mercado en un consumidor final más sensible a lo sostenible. Ahí está el reto empresarial.

Tendencia #3: New foods, consumo de ingredientes vegetales y salud

La pandemia de coronavirus, a pesar de sus efectos negativos en nuestras vidas, ha supuesto una serie de asociaciones, con mayor o menor fundamento. Por un lado, ha generado una mayor preocupación por la salud durante el confinamiento, ha acelerado una mayor conciencia de cómo consumir ingredientes vegetales puede ayudar al sistema inmunológico, y también ha dirigido la atención de los medios a los vínculos negativos entre la producción industrial de carne y la propagación de enfermedades virales.

Los consumidores Millennial y GenZ, más conscientes de la salud, han desempeñado un papel clave para impulsar la demanda de alimentos con proteínas de base vegetal, como demuestra una encuesta realizada en EEUU, señalando que más del 30% de las personas pertenecientes a estas dos generaciones planean estar completamente libres de carne para 2021.

Esto viene corroborado por parte de la oferta, según los resultados aportados por The Good Food Institute (GFI) partiendo de datos de Nielsen, que indican que las ventas de carne a base de plantas crecieron un 265% durante ocho semanas de la pandemia, a una velocidad seis veces superior a la venta de carne convencional.

*CEO de INNSAI. https://www.bankiaforward.es/#innsai

Con información de: Estrategias de Inversión

Anterior Italia cuenta con un nuevo sistema de riego inteligente
Siguiente Seipasa organiza encuentro digital para analizar la transformación agrícola