Con este reconocimiento, la producción y comercialización de este molusco endémico será exclusiva de la pesquería que tiene lugar en los estados que comprenden la península yucateca.

Por redacción Agro Orgánico

México. – El pulpo Maya de la península de Yucatán obtuvo la Indicación Geográfica Protegida (IGP), lo que convierte a esta especie marina en un bien nacional y su captura y comercialización será exclusiva de la pesquería que tiene lugar en los estados de Yucatán, Quintana Roo y Campeche, cuyas producciones de esta especie se exporta principalmente a los mercados de Europa y Asia.

La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) explicó que la diferencia entre denominación de origen e indicación geográfica consiste en el vínculo con el lugar de origen, ya que las indicaciones geográficas no precisan de insumos endémicos y métodos tradicionales de manufactura para su protección, sino que basta con que uno de estos elementos se acredite y que el producto tome el nombre del lugar donde se elabora.

Con la declaración, el pulpo Maya se suma a una extensa lista de productos con indicación geográfica, como la cajeta de Sayula, los alebrijes de Oaxaca, las catrinas de Capula, el cobre martillado de Santa Clara del Cobre y la butifarra de Jalpa de Méndez, entre otras, agregó la Sader.

De acuerdo con la dependencia, la protección delimita el litoral costero de la península de Yucatán, que incluye los estados de Campeche, Yucatán y el litoral norte de Quintana Roo, en el polígono que abarca desde la línea de costa hasta una profundidad máxima de 12 a 15 metros.

Asimismo, en el Diario Oficial de la Federación (DOF) quedó establecido que su captura tendrá lugar exclusivamente durante el día y por medio de gareteo o método campechano, un sistema altamente selectivo, caracterizado por capturar únicamente pulpos sin generar pesca incidental, permite regresar al mar a las especies jóvenes y es sustentable por proteger, particularmente, a las hembras que han desovado y se encuentran al cuidado de sus huevos.

El método de pesca al gareteo consiste en dejar la embarcación al garete o a la deriva, al arrastrar sólo con ayuda del viento y las corrientes varias líneas o cordeles sin anzuelos atados a dos «jimbas» (varas o bambúes), que están disponibles en la proa y otra en la popa para incrementar el área de barrido sobre el fondo del mar, apuntó.

Ese proceso es considerado amigable con el ambiente porque las embarcaciones sólo requieren de combustible para llegar a la zona de pesca, donde operan con el impulso del viento o las corrientes de marea, y la huella de carbono es significativamente menor al de otras pesquerías.

La Sader informó que esta declaración es resultado de una solicitud presentada por la dependencia, a través del Instituto Mexicano de Investigación en Pesca y Acuacultura Sustentables (IMIPAS), al IMPI el pasado 8 de diciembre de 2023.

En la declaración de protección publicada también se dieron a conocer los criterios a los que deberá sujetarse el producto para su extracción, producción o elaboración, envase, empaque o embalaje y, en su caso, las normas oficiales mexicanas que correspondan.

El pulpo Maya habita exclusivamente en las aguas marinas de la plataforma continental de la península de Yucatán y se caracteriza por contar con un cuerpo blando con simetría bilateral, ojos bien desarrollados con una mancha u ocelo debajo de ellos, tener ocho brazos con dos filas de ventosas.

El periodo de reproducción tiene lugar durante todo el año, con dos picos anuales de madurez y desove, que regularmente ocurre en primavera y en otoño.

Las hembras se reproducen solamente una vez y mueren después de cuidar la puesta. Son capaces de poner un máximo de dos mil huevos y su desarrollo embrionario es directo, sin etapas larvarias, y su talla máxima la alcanzan en aproximadamente 18 meses.

De acuerdo con el estudio de biomasa para la pesquería del pulpo Maya, elaborado por el IMIPAS, en la temporada 2023 se recomendó una captura de hasta 21 mil 392 toneladas en los estados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo.

Sin embargo, al cierre de 2023 se contabilizaron 19 mil 895 toneladas, es decir, 93 por ciento de la meta establecida. La Sader consideró que esta cifra es favorable dadas las adversidades del fenómenos climatológicos, los bajos precios, la inestabilidad del comercio y el problema social que implica la pesca ilegal.

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