Con base en el concepto de “inteligencia vegetal”, Valent de México se ha enfocado en desarrollar productos adecuados a cada etapa fenológica de los cultivos, que también ayuden a los productores agrícolas ser más eficientes y sostenibles en sus procesos.

Por Ana Isabel Rodríguez*

En las próximas décadas, las dinámicas de la población cambiarán radicalmente la demografía del planeta. De acuerdo con estimaciones de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), para el año 2050 la población mundial será de casi 9,700 millones de personas.

Sin embargo, las áreas dedicadas a la producción de alimentos no se pueden desarrollar más por la presión a la que ya se encuentran sometidas las tierras y los recursos hídricos, entre otros factores.

Pero en el contexto actual, el reto principal en la agricultura es producir al menor costo posible, ser más productivos con una menor inversión, apuntó el gerente de Mercadotecnia de Valent de México, Marco Antonio Jiménez.

“Tenemos que ahorrar agua, recuperar nuestras tierras y hacerlas más productivas, además de llevar a los mercados productos más sanos, con menos residualidad”, explicó el ingeniero en entrevista para Agro Orgánico.

En este sentido, señaló que los objetivos de la empresa –perteneciente al grupo Sumitomo Chemical Corporation, con sede en Japón– se han enfocado en dar a los productores agrícolas herramientas para ser más eficientes y sostenibles en sus procesos, mediante el uso de productos que garanticen la sanidad e inocuidad de lo que llega a los mercados.

Una de estas herramientas son los productos biorracionales, tales como insecticidas biológicos, nematicidas orgánicos y reguladores de crecimiento. Estos insumos –formulados bajo estrictos estándares de calidad en la planta de la empresa en Osage, Iowa– buscan ser compatibles con la fauna benéfica, contribuir al manejo de resistencias y controlar los residuos en el campo, explicó el ingeniero Jiménez.

Uno de estos es DiPel®, insecticida biológico con presencia en el mercado desde hace 50 años. Este producto, que contiene Bacillus thuringiensis de la subspecie kurstaki (Btk) es utilizado para combatir las plagas de lepidópteros, en más de 20 cultivos.
“DiPel® fue una tecnología adelantada a su tiempo, que sigue siendo inocua y segura para los polinizadores. Este producto lo comercializamos principalmente para crucíferas, cucurbitáceas y hortalizas”, comentó Marco Antonio Jiménez.

Por otra parte, señala que este tipo de productos son recomendables en un manejo integral de plagas, para que de forma paulatina se incorporen productos más sostenibles, con menos residualidad y enfocados en acciones específicas.

Otro ejemplo de estos productos son los reguladores de crecimiento. En cultivos de manzana se han aplicado insumos como ReTain®, que alargan la permanencia del fruto en el árbol, para que tenga un mejor crecimiento y mayor vida de anaquel. Esto es posible porque el regulador reduce la producción de etileno en el fruto.

En uva, reguladores como ProTone® permiten que la fruta tenga una coloración más roja y homogénea. Con base en los beneficios de estos productos, Valent de México trabaja en desarrollar reguladores de crecimiento específicos para dos cultivos de importante valor comercial: aguacate y berries, mencionó el ingeniero Jiménez.

“Es necesario hacer mucha investigación en materia de reguladores de crecimiento porque la eficacia de éstos depende de muchos factores, como la etapa en la que se encuentra el cultivo, temperatura o las dosis. Lo que Valent busca es darle a los productores herramientas y productos inocuos para que sus procesos sean más eficientes mediante el uso de insumos que puedan combinarse con otros”, apuntó el especialista.

*Directora editorial de Agro Orgánico

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