En 2024 la dependencia del grano llegó al 50 por ciento del consumo nacional, apunta la consultora NexusAgronegocios.

Por redacción Guía Agroindustrial

México. – La dependencia de México en la importación de maíz, que representa aproximadamente el 50 por ciento del consumo nacional, creció en 2024 alcanzando casi 24 millones de toneladas, lo que impide al país avanzar hacia la soberanía alimentaria, advirtió el director de la consultora NexusAgronegocios, César Ocaña Romo.

De acuerdo con el especialista en análisis agroalimentario, si bien el Decreto Constitucional en materia de “conservación y protección de los maíces nativos” tiene un objetivo valioso, no puede ser una estrategia aislada porque en la práctica no modifica el status quo; la siembra de maíz transgénico –dijo– “ya estaba prohibida y las importaciones de maíz amarillo transgénico, indispensables para la producción pecuaria, permanecen intactas”.

Cabe recordar que México perdió recientemente el Panel de controversia del T-MEC sobre la prohibición del consumo humano directo de maíz genéticamente modificado, argumentando un presunto impacto en la salud humana que no pudo acreditar, siendo el 13 de febrero la fecha límite para derogar esta prohibición.

César Ocaña consideró que la iniciativa que busca preservar la diversidad genética y refuerza la narrativa de soberanía alimentaria “evidencia una desconexión entre las políticas públicas y los desafíos estructurales del campo mexicano”, porque aunque es loable en términos de conservación, no aborda otros problemas fundamentales como la dependencia de importaciones o la falta de acceso a tecnologías agrícolas que permitan a los productores ser competitivos frente a mercados internacionales.

“Sin medidas de apoyo económico, incentivos para la producción local ni estrategias de seguridad en regiones agrícolas, el simbolismo de la reforma se diluye en las necesidades prácticas de los agricultores” señaló el experto.

Por otra parte, dijo que en Sinaloa, uno de los mayores productores de maíz, la violencia e inseguridad son problemas recurrentes que afectan directamente a los agricultores. Sin garantías de seguridad, apuntó, “los altos costos de producción y la falta de acceso a biotecnología mantienen en desventaja a los pequeños y grandes productores. No tiene sentido proteger el maíz nativo si los agricultores están desprotegidos frente a la violencia y la pobreza”.

Reiteró que sin acceso a las nuevas tecnologías, los productores enfrentan costos más altos y menor competitividad. Aunque la iniciativa parece diseñada para proteger a los pequeños agricultores, sin subsidios adecuados ni apoyo tecnológico, los problemas de baja productividad y pobreza persistirán.

En este contexto, consideró que el regreso de Donald Trump añade presión sobre las decisiones agropecuarias de México, desde la inseguridad hasta las tensiones comerciales, lo que subraya la urgencia de equilibrar soberanía alimentaria con pragmatismo y estabilidad interna.

De acuerdo con las expectativas de producción 2024 del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), el año pasado se registró una producción total de 23 millones 586 mil toneladas de maíz (20 millones, 594 mil toneladas de grano blanco y 2 millones 922 mil de amarillo), mientras que las compras al extranjero fueron de entre 23 millones 600 mil toneladas y 24 millones de toneladas.

Con base en lo anterior, el director de NexusAgronegocios, añadió: “El sector agropecuario mexicano requiere políticas integrales más ambiciosas que vayan más allá de lo simbólico. Se deben priorizar la seguridad en las regiones productoras, sin ello el campo no puede prosperar; los agricultores necesitan acceso a biotecnología y mejores prácticas para competir globalmente y fundamental es el evitar tensiones con socios como Estados Unidos, garantizando que las políticas públicas sean pragmáticas y sostenibles.”

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