Se debe vincular al sector primario con el cuidado del medio ambiente y la salud

Redacción Guía Agroindustrial

Ciudad de México. – En el marco del conversatorio sobre la función de la Ciencia y Tecnología en la alimentación del siglo XXI, llevado a cabo en la Cámara de Diputados, la presidenta de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación, diputada Marivel Solís Barrera, exhortó a diseñar una estrategia entre legisladores e investigadores para garantizar la salud a través de la producción de alimentos sanos.

Lo anterior, con el impulso de una serie de iniciativas de ley que alienten la aplicación de la tecnología e innovación en el sector primario y vincularlo con el cuidado del ambiente y la salud.

Dijo que se tiene que trabajar de forma transversal con otras comisiones, porque la producción alimentaria repercute en la calidad de vida de millones de mexicanos.

Refirió el trabajo del Centro Internacional de Mejoramiento del Maíz y del Trigo, en la Universidad Autónoma de Chapingo (UACh), que tiene un banco de germoplasma, parcelas demostrativas y toda una serie de investigaciones que permiten conocer el historial y las variedades del grano básico en el país.

“México no es autosuficiente en la producción del maíz y tiene que importarlo. Por ello, es imprescindible que los legisladores analicen profundamente qué se puede hacer”, mencionó.

Por su parte, la legisladora María Eugenia Hernández Pérez, secretaría de la misma comisión, planteó analizar el tema de los transgénicos, así como las alternativas para aplicar la tecnología e innovación científica en la producción de alimentos, a fin de que ayuden a alentarla.

Al dar su exposición, el investigador de biotecnología de la Universidad Politécnica de Valencia, José Miguel Mulet, apuntó que los transgénicos son una herramienta para dar de comer a más personas en el mundo.

Esto mediante semillas genéticamente modificadas, con el fin de obtener mayor rendimiento en la producción alimentaria, la cual debe respetar el medio ambiente ante el cambio climático.

La producción de transgénicos implica el uso de ingeniería genética; es decir, el cambio de genes a través de la hibridación, obteniendo productos con varios tipos de genes.

El aumento de la temperatura para la agricultura es terrible, porque los cultivos están condicionados a otros climas, los cuales han cambiado en las últimas décadas.

“Los transgénicos van a ser una opción, porque ese tipo de semillas tendrán más tolerancia a la sequía al consumir menos agua para obtener cosechas”, consideró.

Indicó que la genética es un método para mejorar las semillas y sean resistentes a las plagas con el objetivo de reducir el uso de insecticidas; lo que significará un ahorro para los campesinos.

Entre las ventajas destaca el aumento de la cosecha de granos. “El principal defecto es la mala comunicación de su uso que han hecho las empresas generando un debate insistente, donde se pierde tiempo que se podría aprovechar en investigaciones y oportunidades”.

Comentó que durante mucho tiempo la mejora genética se hacía a ciegas, algunas cosas eran tóxicas y no lo sabíamos. 

“En el caso de los transgénicos, una ventaja es que como hacemos técnicas moleculares, sabemos lo que estamos comiendo, dónde lo estamos poniendo y nos permite tener un control mayor; por eso en 20 años, nadie puede decir que se ha intoxicado o tenido un problema de salud por los transgénicos”, concluyó.

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