80 productores poblanos corren el riesgo de perder sus plantaciones si en un mes no logran exportar, además de enfrentar pérdidas por 30 millones de pesos

Puebla, México. – La pandemia del COVID-19 ha propiciado que productores de lavanda de los municipios de San Rita Tlahuapan y Tehuitzingo no puedan exportar 30 toneladas de la planta a Francia para dos firmas de cosmetología, que están paradas desde hace dos meses.

Manuel Cossio de la Garza, presidente del Sistema Producto, comentó que esto perjudica a 80 productores de 20 ejidos que corren el riesgo de que se echen a perder las plantaciones si en un mes no se exportan, lo que se traduce en 30 millones de pesos de pérdida.

Indicó que en más de ocho años de comercialización con esas firmas, están a punto de realizar la exportación por el paro de las actividades, las cuales esperaban que se reactivaran en junio pasado pero conforme a los planes no ocurrió así.

También recordó que tenían un incremento de 20% de la producción anual que se genera en 35 hectáreas; además el plan de extenderlas al doble en cinco años, debido a que es redituable.

De la Garza admitió que han recibido el apoyo de las industrias para construir invernaderos y que las plantaciones sean de calidad para la fabricación de artículos de belleza y aseo personal, pero la pandemia ha frenado los planes.

Comentó que los agricultores apostaron a la reconversión hacia esa planta incluso reduciendo la siembra de frijol y garbanzo pero con la contingencia sanitaria temen que peligre su actividad y que lo que cosechan se pierda o deban malbaratarlo con fábricas en el país.

Sin apoyos

Cossio de la Garza puntualizó que el Sistema Producto aún no ha sido reconocido por las autoridades estatales para otorgarles apoyos en esta situación, por lo que están a expensas de que se concrete la exportación, además de que son los propios agricultores quienes invierten en el proceso de siembra.

Con información de: El Economista

Anterior China implementa sistema de navegación digital en tractores
Siguiente COVID-19 pone en aprietos a la agricultura familiar