La crisis sanitaria y económica “volvió obsoleta la estrategia económica del nuevo gobierno: CEPAL

El aumento de precios de los alimentos, la crisis económica por el Covid-19 y la falta de apoyos para el desarrollo del campo han empobrecido al agro mexicano, indicó la CEPAL.

Los resultados del CONEVAL en las “Líneas de pobreza extrema por ingresos” establecen que en el ámbito rural el cambio porcentual anual de la canasta alimentaria en junio de 2021 fue de 7.2% en comparación con el mes de junio del 2020, lo que es superior al de la inflación anual general, la cual fue de 5.9%.

Entre los productos que elevaron su precio y tuvieron una incidencia relativa en la variación anual en las zonas rurales, fueron los alimentos y bebidas consumidas fuera del hogar, con un precio 5.6 por ciento superior, el pollo entero o en piezas, 18.8 por ciento, pero lo que más destaca es el aumento en el precio de la tortilla de maíz “de todo tipo y color” con un 11.5 por ciento.

En el caso del maíz, alimento casi primigenio de nuestra nación, según, el Escenario Mensual de Productos Agroalimentarios de julio de este año de la Dirección de Análisis Estratégico, del SIAP, organismo de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) señalan que se redujo la producción de este año.

Por su parte, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) refiere que, para los mexicanos, del campo y la ciudad, se registró, de la primera quincena de agosto del 2020 a su similar de este año, un aumento en los precios de la mayoría de los productos pecuarios.

Este costo para los bolsillos de los mexicanos, significó un incremento del 18.5% en carne de cerdo; 14.4 por ciento en pollo; 11.1, carne de res; 6.6, leche pasteurizada y fresca y tres por ciento en huevo.

Asimismo, en el estudio “El régimen de bienestar mexicano. Inercias, transformaciones y desafíos”, que publicó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), se establece que, en el terreno económico, resulta evidente que las propuestas y acciones del gobierno actual se ubican en una situación paradójica.

“Por una parte, han contribuido a fijar un parámetro estructural que debe ser considerado al pensar en cualquier propuesta de reforma del régimen de acumulación y por la otra, ha definido una estrategia económica que, dadas las condiciones de emergencia sanitaria y crisis económica, fue rápidamente rebasada por los acontecimientos y aparece como muy limitada y fundada en premisas que no operan más en el contexto actual”, indicó.

De acuerdo a lo anterior, el estudio confirma que “se puede afirmar que la crisis volvió obsoleta la estrategia económica del nuevo gobierno, casi en el momento mismo de su nacimiento, porque la prospectiva económica cambió radicalmente, los problemas y vulnerabilidades sociales preexistentes se agudizaron y profundizaron y las debilidades institucionales se hicieron penosamente evidentes.”

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